viernes, 6 de mayo de 2022

recuento?

 no recuerdo cuándo fue la última vez que estuve acá. ahora tengo 32 años, vivo en Valparaíso y estoy casado.

conocí el amor de verdad, del que te hace sentir bien y me casé. vivo con su gata y mi perro en un departamento que nuestros amigos llaman "bastante hogareño". me hice de nuevos amigos en Valparaíso, mis amigos de Santiago casi brillan por su ausencia. pero es todo entendible, todos emprendimos un vuelo forzoso a la adultez.

me diagnosticaron trastorno afectivo bipolar. he estado con pastillas desde el 2019. sucedió el estallido social, sucedió la pandemia. y no pude haber tenido mejor compañía. 


agradezco todo lo que ha pasado y que no menciono acá. pero bueno, por algo no lo menciono. que esto valga, quizás, como mención.

lunes, 7 de mayo de 2018

prohibido olvidar.

los ojos rojos y el silencio.
- ¿qué te quedaste pensando?
- cerré los ojos y vi todas mis otras vidas
- la media volá
- ...y de todas, decidí quedarme en esta, contigo.


miércoles, 7 de febrero de 2018

meh.

entre confusión y confianza me encuentro paso a paso revisando mis bolsillos y mirando cada vez que me pongo de pie si olvidé algo, si algo cayó involuntariamente y no lo llevo conmigo, cada vez que avanzo, el mismo ejercicio de saber si no se me fue recordar algo.
entre confusión y confianza me toca avanzar por la calle, con miedo, con miedo de encontrar gente conocida que no me conozca y no entienda que no soy de los que saludan. miro el cielo, trato de entenderlo y de estar consciente del aire que entra en mis pulmones, trato de calmarme y no apresurarme más de la cuenta. mido, con todas las fuerzas que tiene mi mente cada montón de pensamientos, tengo que pesarlos, ver si no me excedí y esto después se vuelva en un "te lo dije" de mis amigos.
a veces descanso, en ciertos momentos el recuerdo que tengo de mí me resulta amigable, de vez en cuando sé que hice todo lo bueno que ameritó el momento. abrazo la tragedia y la comedia que viene en la siguiente oleada, el pitido en el oído, tragar saliva.
las cosas no han salido tan mal como esperaba, resulto agradecido. la operación resultó exitosa, pero si las molestias persisten, consulte a un especialista. mejor preguntar, después de tantas veces, mejor preguntar. 


-...y entonces el de adelante abrió la puerta del auto y tuve que hacer la media maniobra.
-buena, pero no sé si entendí bien. ¿me querís o no?
- obvio.
- ¿qué cosa?

lunes, 16 de octubre de 2017

lucretia's rape (again)

'I have debated, even in my soul,
What wrong, what shame, what sorrow I shall breed;
But nothing can affection's course control,
Or stop the headlong fury of his speed.
I know repentant tears ensue the deed,
Reproach, disdain, and deadly enmity;
Yet strive I to embrace mine infamy.

domingo, 3 de septiembre de 2017

"indulgere genio".

"Que Genius tiene que ver con el generar es por otra parte evidente en el hecho de que el objeto por excelencia "genial", para los latinos, era el lecho: genialis leetus, porque en él se realiza el acto de la generación. Y consagrado a Genius era el día del nacimiento, al que por esto mismo denominamos todavía genesíaco. (...)

Se llama mi Genius, porque me ha engendrado (Genius meus nominatur, quia me genuit)." Pero eso no basta. Genius no era solamente la personificación de la energía sexual. Ciertamente cada ser humano varón tenía su propio Genius y cada mujer tenía su Juno, ambos manifestaciones de la fecundidad que genera y perpetúa la vida. Pero, como es evidente en el término ingenium, que designa la suma de las cualidades físicas y morales innatas en aquel que comienza a ser, Genius era de alguna manera la divinización de la persona, el principio que rige y expresa toda su existencia. Por esto a Genius era consagrada la frente, no el pubis; y el gesto de llevarnos la mano a la frente, que hacemos casi sin darnos cuenta en los momentos de desconcierto, cuando nos parece casi que nos hemos olvidado de nosotros mismos, recuerda el gesto ritual del culto de Genius (unde venerantes deum tangimusfontem). y dado que este dios es, en cierto sentido, el más íntimo y propio, es necesario aplacarlo y mantenerlo propicio en todos los aspectos y en todos los momentos de la vida. Hay una locución latina que expresa maravillosamente la secreta relación que cada uno debe saber entablar con su propio Genius: indulgere Genio. A Genius es preciso condescender y abandonarse, a Genius debemos conceder todo aquello Genius que nos pide, porque su exigencia es nuestra exigencia, su felicidad es nuestra felicidad. Aun si sus -¡nuestras!- exigencias puedan parecer poco razonables y caprichosas, es bueno aceptarlas sin discutir.

(...) Genium suum defraudare, defraudar al propio genio, significa en latín entristecerse la vida, embrollarse a uno mismo. Y genialis, genial, es la vida que aleja la mirada de la muerte y responde sin dudar a la incitación del genio que la ha generado."

y nada, arrojada a mi propia fuerza centrípeta y centrífuga otra vez.
ya recordé por qué no me dolió las otras veces.

domingo, 27 de agosto de 2017

moonlight sonata.

el golpe que en mi cabeza retumbará
cuando caiga en la peor oscuridad
un sonido dando vueltas, de manera eterna
un zumbido que me recuerde para siempre
que esa no es una buena forma de partir.

el golpe que sonará será mi cabeza
chocando, por última vez, con la realidad
abrazaré en un último gesto a los defectos
diré que los acepto y luego me iré
con el golpe en que retumbe mi cabeza.

quizás se generará la miopía de los recuerdos
seré, de pronto, la más juzgada en mi último acto,
nadie entendería por qué pasó o lo que pasó,
pero la  miopía del pasado me dará el perdón
por todas esas veces que me equivoqué
antes de esa última definitiva decisión.

todas las veces que no hice lo que esperaban
será nada, comparado con esta vez.

y eso será la paz última, con eso
con nada más que eso voy a ser feliz
aunque la felicidad ya no me toque.

sé bien que no es fácil, que son las luces
las que permiten que nadie vea mi futuro
pero yo lo veo sucio, muerto y mudo.
perdón por todo y gracias a quien le llegue.
ese sería el último mensaje que daría
cuando en mi cabeza retumbe el golpe.

el golpe que me dejará ir
el golpe del que ya no volveré.