sábado, 31 de julio de 2010

lo cuático.

Siempre me he preguntado, me he observado en la tarea voluntaria o no de, cada cierto tiempo, borrar todo aquello que me identifique (fotos, escritos, mails, souvenirs, credenciales varias). Me he puesto reflexiva ante un hecho tan típico para mí como lo es perder cosas (porque "se me caen", por algunos formateos de mi pc, por terremotos o "accidentes de personalidad") y la pregunta es: ¿por qué pasa eso? la respuesta...no tengo idea de cuál será, la cosa es que pasa, la cosa es que tengo que andar constantemente haciendo trámites para volver a tener identidad en en el mundo, sacando carné, sacando pase escolar por chorrocienta vez. Mendigando fotos antiguas mías, porque no me queda nada, o me queda muy poco, ya ni recuerdo la cara que tenía antes.

Lo cierto es que a fin de cuentas, siempre he sentido un placer enorme de borrarme, ese dolor extraño y entrañable de un suicidio pequeño donde pretendo eliminar, junto con lo que lo representa, a mi pasado. Lo que me sobrecoge es pensar que aún cuando ese pasado es atesorado por mí, algo de mí está constantemente queriendo borrarlo, como pegando patadas hacia atrás. Tarde o temprano, al dar vuelta la página, saldrá una mano inesperada de mí y arrancará las páginas que hayan pasado y éstas desaparecerán de la faz de la tierra (al menos a mis ojos). Eso me aterra. Lo más terrible...es que me pasa.

La cosa es que sufro de amnesia inducida. Si lo olvido a usted mañana, siéntase en la libertad de recordarme el ayer en el hoy. No le garantizo una memoria inducida, ya que mi olvido es, muchas veces, irreversible. Pero, sin embargo, podríamos charlar un rato y usted podría compadecerse de mí y podría dejarme esa incómoda sensación de que yo a usted lo vi en algún lado, que me suena su nombre, que lo vi, lo , pero dónde, DÓNDE, CÓMO, CUÁNDO Y POR QUÉ.


PD: he de agregar que mi blog es el único que ha sobrevivido tanto a esta manía que menciono.
PD2: y que me aterra la idea de que sea como un cuchillo cocinero a disposición de quien quiera darse el lujo de...

domingo, 25 de julio de 2010

hoy iba a escribir una entrada más o menos relevante.

(entiéndase por relevancia no a la mundial, ni nacional, ni contigencia alguna. Hablo de relevancia doméstica, aquella que brilla por su estado prescindible, pero aún así sigue siendo relevancia).


menos mal que soy excelente llevandome la contraria siempre (:

martes, 20 de julio de 2010

JGM.


El rencor acumulado en la memoria me hace reventar.
¿Para qué tanta tinta si el mundo sólo nos pide fuego?
...

martes, 6 de julio de 2010

the beautiful people pt. 1.

Ibamos en la 413, camino a la casa, muy mojados luego de pasar a pagar mi cuota de la matrícula. La micro estaba fría, empañada, con esa hostilidad típica de los días de lluvia, donde todo se ve especialmente incómodo y uno no halla la hora de llegar a casa. Unas mujeres cantaban temas de la Violeta, con un pandero y la cría que iba junto a la señora que iba en frente de nuestros asientos bailaba extrañamente. Por ahí por Estado (con Alameda) se subió este caballero con su gorrito, sus lentes, su paraguas y su bolsa de Cruz Verde. Se sentó y bufó, entontando una sonrisa que contrastaba con su aspecto de típico amargado: "50 años ya que tocan la misma canción...y la mujer no tiene voz ni pa' cantar el arroz con leche".

Así fue como este caballero nos metió conversa luego de robarnos una sonrisa. Nos habló de música, tango, fútbol, de educación y miles de otras cosas. Al menos yo iba muy metida y emocionada con el señor este, siempre he sentido admiración por la gente que tiene algo interesante que decir, sin creerse mucho el cuento. Este caballero nos dio una clase de chilenidad, nos enseñó como bailar cueca, tango y cumbia. Nos contó cahuines sobre la muerte de la Violeta, enunció la tristeza de que nadie es profeta en su tierra, nos habló de la muerte de Gardel y cómo lo habían reconocido. De lo que se debería hacer en la educación, de la apreciación vana del telespectador de futbol que no ve al jugador sino a la tele, siendo descartado su punto de vista, de lo lamentable que es que ya no existan las matiné ni los vermouth para pololear, de la muerte del tango por el rock and roll y la pelvis de Elvis. Nunca el camino a la casa se me había hecho tan particularmente ameno y entrañable, cualquiera podría haber pensado que ese caballero era nuestro tío, abuelo o papá por la familiaridad con la que nos hablaba con su chaqueta y corbata café, sus sonrisa un poco desdentada y amarillenta y su nariz rosada y graciosa.

Al ver acercarse el paradero en el que debíamos bajarnos me bajó la tristeza. Le pedí si le podía tomar una foto y le pregunté el nombre. Él, por su parte, nos dijo que nos veíamos y que podría ser nuestro padrino (¿de bodas?, ¿de nuestros hijos? no lo sé). Nos despedimos y le di las gracias, aunque hubiese querido algo menos triste.

Hubiera deseado saber más de él, sólo supe que se había casado a los 22, luego quedó viudo y volvió a casarse y ahora lleva 15 años casado, que nació en el '38, que es un excelente crítico y muy ameno para conversar, que me hizo reir un rato, que su sonrisa era bonita, que era medio sordo, que la llevaba el caballero, que ha de vivir por acá, por Maipú y que se llama Daniel.

6 de julio.



Pasar por Baquedano me trollea. Si se ve que tenían los pedacitos para armar todas las figuras que se ven a medias, ¿¡POR QUÉ no las pusieron enteras y NO A MEDIAS!?


Los gatitos se salvan de la lluvia.


Pero él (o ella?) es rudo (o ruda?) y lind@ (:

















Y las tragedias que nunca faltan.