miércoles, 19 de mayo de 2010

buongiorno, principessa.

When I feel the warmth of your very soul I forget I'm cold and crying,
When your lips toch mine and I lose control, I forget I'm old and dying...

Damaged People, DM.

La lluvia indica que ya no queda mucho tiempo por esperar, siento tu olor acercarse, nos separan cuadras y cuadras, siento tu olor, tu calor, desesperadamente me tiendo en la alfombra. Buscando alguna entretención que aligere el peso de los segundos, mis manos descienden por mi cuerpo, me pierdo por un leve instante de la yo que te espera, que siente la lluvia caer y se desespera por tenerte. A medida que te acercas, que las cuadras que nos separan disminuyen, que tu olor se siente más intensamente, mi ansiedad, rapidez y brusquedad en mis movimientos aumentan, ya casi puedo percibir tu calor tan cerca que me quema. Suena la puerta, me buscas y me encuentras, puedo percibir una sonrisa deliciosa en tus labios. Mis ojos cansados y felices te miran. Me levantas bruscamente, te susurro un "te necesito" entrecortado, me llevas fuera, dejas que la lluvia moje nuestros cuerpos (sin enfriarlos jamás). Con una rabia y fuerza extraordinarias quitas todo lo que me cubre, como un niño al recibir un regalo esperado, me desnudas, rompes mi ropa, mi rústico envoltorio de regalo, escucho tu ropa rasgarse, la lluvia es torrencial, la noche nos cubre amablemente.

Te miro violentarme, me miras fijamente y por primera vez tu mano se acerca a mi cara, me acaricias y quitas suavemente mis anteojos, los dejas caer. En silencio, siempre en silencio, me dices todas las cosas que necesito saber, mis preguntas, dudas y tristezas poro a poro se desvanecen en tu piel. Tus movimientos firmes, decididos y fuertes me tienen absorta, pensé que no vendrías, pensé que habías olvidado la lluvia de hoy.

Me tomas, me giras, me posees. Tu torso desnudo que adivino, las gotas de lluvia mezcladas con tu sudor que siento caer en mi espalda, estoy fuera de mí, jadeo, gimo, grito. Los colores cambian, hacen figuras extrañas en mis párpados. Al abrir mis ojos veo tu figura, iluminada preciosamente por la luna, brillante por las gotas de lluvia, tus mejillas sonrojadas. Reconozco entre culpable y orgullosa un chispazo de aquella inocencia con la que te conocí, la cual no demoré en arrebatar en vaivenes. Vuelves a sonreír, esta vez tímidamente.

Me tiendo en el pasto, suspiro mientras te miro, veo cómo el calor de nuestros cuerpos se evapora. Me acerco a tu boca, la beso, vuelvo a perder la noción del tiempo entre la saliva cálida, las lenguas que se embisten, vuelvo a sentir aquella presión de tus caderas, como si quisieran unirse a las mías golpeándolas cada vez más fuerte. Me aferro a tu espalda, escucho tus suspiros, los relámpagos adornan ya barrocamente la escena de éxtasis de lluvia, carne y fuego entre nosotros, en aquel pequeño espacio entre mi ingle y tu cadera que conforma el infierno más placentero al que podemos aspirar en este mundo. Sometida a ti, entregada a ti, cuando te siento dentro y fuera de mí, cada vez más adormecida, más sin aliento, sintiendo aquel dolor que adoro en mi interior, tu sexo rasgandome, llevándome a la inconsciencia, aquel dolor que quema y aturde mis sentidos, que me llena de placer cansado e inconmensurable, agitado, de respiración y latidos rápidos.

Caemos al pasto, ya sin aire. Tomas mi mano, me acerco a tu pecho. Siento tu latir, la lluvia, mi cuerpo entumecido, mi interior aún ardiendo. Beso tus mejillas, tu frente, acaricio tu pecho, deslizo suavemente mi lengua sobre ti, mis dedos suben y bajan, el rito culmina en una sístole y diástole que poco a poco se tranquiliza bajo una leve llovizna...

Despierto junto a una estufa encendida, una taza de té y tostadas en una bandeja en frente mío junto con una sonrisa cómplice de quien la sostiene. Mi cabello aún está mojado, me incorporo lentamente, me duele todo el cuerpo y una sonrisa inadvertida se me escapa. Aquella sonrisa cómplice se acerca, sus dedos acarician mi chasquilla, siento besos suyos en todo mi rostro y luego me mira por un rato prolongado. Cuando nota que por fin he despertado del todo, escucho por primera vez en mucho tiempo su voz: "Buongiorno, principessa". Me rio. "Buenos días, príncipe. Con dos de azúcar, porfavor".

8 comentarios:

  1. :B

    Texto +18
    Buenísimoo, caurita.

    Sabes? Me gustan las buenas descripciones.
    Si me describen un olor, un color, una situación y puedo llegar a imaginarl@ fácilmente, me encanta.

    Buena historia. Hombres ideales, ja :B

    Y, nada. Sólo queda esperar que algo así se presente alguna vez, no?
    Bueno, mientras llega, habrá que conformarse con lo que nos topamos en el camino xDD

    Saluditos, somA!! :D

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  2. Whoa, nunca te imaginé escribiendo algo así, amor. I mean, algo tan gráfico, pero debo decir que me causó un par de cosas y más.
    Creo que el tema de la lluvia es un must try. Y la verdad es que me da vergüenza comentarte más por aquí :x

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  3. Ahora recien aparecio el comentario de la Gabba que estaba en el limbo xDD

    Si pos, Gabba, hombres ideales ;_;

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  4. hmm...
    Bastante +18 como dicen arriba.
    Me gustó fíjate.
    Entretenido.
    Me gustó el enlace que hiciste con la lluvia, ya hace que la wea pase de ser algo sumamente burdo o ultra trilado a algo más no sé.. interesante.

    Aparte el tema es universal. Puede que estés describiendo tu visión del tema o más bien de la acción, pero uno como lector tiende a leer esas frases y a imaginarse su propia situación, sus propias vivencias, lo cual hace que el mismo relato cobre aún más fuerza.

    y eso :p
    ahí está el comentario que me pediste (obligaste) que hiciera.
    Saludos

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  5. Maldito ahijado, yo no te obligué a nada. Sólo dije que si no comentabas algo pegaría tus fotos prohibidas por toda la facultad (?)

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  6. "mis preguntas, dudas y tristezas poro a poro se desvanecen en tu piel" Ame eso u_U Saludos sOmasomita!

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