La lluvia en Santiago no es la misma que en otras partes, no es la misma sensación caminar por un asfalto que se pinta mas oscuro de a poquito, puntito a puntito y luego es como si la lluvia perforara la piel y llegara a enfriar el pecho, es un frío que necesita un "algo", necesita recurrir a algo, a un alguien, a un torniquete que ayude a detener la lluvia que empieza a surgir en el pecho, a veces es una tormenta, a veces un leve llanto, a veces una paradójica sonrisa triste...no es lo mismo ver como llueve en Santiago, uno "necesita" mucho más cuando llueve en Santiago, de noche, así de fuerte, no importa si dura un par de segundos. La melancolía es uno de los venenos más rápidos.
Según yo, todo en Santiago tiene una carga adicional del soledad. O seré yo nomás?
De todas formas, no es tan grande el vacío (ahora). Sé los nombres que debo decir, la retahíla completa que debo recitar cuando la lluvia me duele. He encontrado mi propio torniquete, hecho de nombres, de pañitos de colores, de nubes de azúcar. Y por eso no necesito mayor paraguas que mi acervo de momentos felices, mi paraguas de parchecuritas, mi escudito contra mis fantasmas.
Espero que algún día la lluvia pueda ser algo completamente feliz para mí. Aunque aquel día sabré que sin duda todo en mí se ha invertido.
Según yo, todo en Santiago tiene una carga adicional del soledad. O seré yo nomás?
De todas formas, no es tan grande el vacío (ahora). Sé los nombres que debo decir, la retahíla completa que debo recitar cuando la lluvia me duele. He encontrado mi propio torniquete, hecho de nombres, de pañitos de colores, de nubes de azúcar. Y por eso no necesito mayor paraguas que mi acervo de momentos felices, mi paraguas de parchecuritas, mi escudito contra mis fantasmas.
Espero que algún día la lluvia pueda ser algo completamente feliz para mí. Aunque aquel día sabré que sin duda todo en mí se ha invertido.
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