Detesto darme cuenta de que te perdí, de que me perdiste, de que nos perdimos. De que nuestras vidas de pronto ya no eran eso mismo que me hacía tan feliz cuando jugábamos a ser niñas, mujeres, algo.
Detesto cuando me dan ganas de buscarte, de recordarte que te amo aún, aún con todo tu cambio, con todo lo que me incomodaba tu incomprensión, con todo lo que me dolía no entenderte, con todas mis ganas de zamarrearte, de pedirte porfavor que fueras tú pero qué sacaba, qué sacaba si aquella tú ya no estaba, ahora tú eras esa tú que me desgarraba, que no se parecía en nada a lo que me hacía reír cuando estaba triste, los cálidos "te amo, prima" se convirtieron en una obligación, en una incómoda sensación de que quizás ya la frase no venía de donde mismo, de que no me querías ni te quería como antes, y me confundí tanto al perderte de poco, al sentir esa ausencia que nunca esperé sentir, al no encontrarte más en donde preferí quedarme, en mi paz de agua estancada, acá esperando, esperando que volviera aquel "te amo" de verdad, que me hiciera sentir que eras tú de nuevo, pero era imposible, ya dije que era imposible, ya dije que era la peor farsa esperar que volvieras a ser tú cuando ya no quedaba.
Yo me senté a esperar aquellas tardes en las que estábamos solas, tiradas en tu cama, conversando de la vida, hablando incoherencias, sacándonos fotos locas, haciéndonos reír. Me da pena, me da rabia y lloro sola. Sé que no leerás esto y por eso, sólo por eso lo escribo y lo publicaré quizás algún día. Sé que no saco nada con seguir esperando que vuelva un momento roto y deteriorado por tanta rabia que sin querer solté de pura frustración.
Sé que no volverás a ser mi hermana mayor, desde ese momento en que dejé de verte como hermana mayor y empecé a enojarme tanto, lo supe. En los años que me conociste supiste ver que yo no sé hacer nada...¿no viste que no sabía lo que hacía esa vez que te dejé olvidarme? lo más seguro es que estuvieras tan cansada de mis errores que no quisiste tenderme tu mano otra vez. Y lo comprendo. De alguna forma debo reconocer que en ese momento no quería verte más, no quería saber qué era de tu vida, no quise saber cómo poco a poco desaparecías por completo.
Bueno, da lo mismo. Nunca lo sabrás. Nunca sabrás cuando te extraño a veces, cuando me dan ganas de tener 15 años otra vez y pretender ser lo que soy ahora que en ese tiempo no era y que ahora odio tanto, sentarnos en la calle, tomar once con un pan con mortadela lisa y un vaso de leche con chocolate o limón soda, cuando me enterrabas tus codos en las costillas y me hacías enojar, cuando hacíamos aquellos jingles que ahora me suenan tan horriblemente lejanos. Lo más posible es que sea porque "maduramos"...me niego a la idea. Yo quise en algún momento que aquellas tardes, aquellos días, aquellas noches no terminaran nunca y reírme siempre así. Pero ahora tengo 20 años, estoy vieja y mis días fueron llenados por otros cuerpos, pero quiero que sepas (aunque no lo sabrás) que quise eso alguna vez, que guardo aquellos recuerdos en mi cajita musical y que los saco a pasear de vez en cuando y cada vez me siento más triste o más insensible.
No vale la pena nada de esto, simplemente quise llorar un poco. No pesque usted.
Detesto cuando me dan ganas de buscarte, de recordarte que te amo aún, aún con todo tu cambio, con todo lo que me incomodaba tu incomprensión, con todo lo que me dolía no entenderte, con todas mis ganas de zamarrearte, de pedirte porfavor que fueras tú pero qué sacaba, qué sacaba si aquella tú ya no estaba, ahora tú eras esa tú que me desgarraba, que no se parecía en nada a lo que me hacía reír cuando estaba triste, los cálidos "te amo, prima" se convirtieron en una obligación, en una incómoda sensación de que quizás ya la frase no venía de donde mismo, de que no me querías ni te quería como antes, y me confundí tanto al perderte de poco, al sentir esa ausencia que nunca esperé sentir, al no encontrarte más en donde preferí quedarme, en mi paz de agua estancada, acá esperando, esperando que volviera aquel "te amo" de verdad, que me hiciera sentir que eras tú de nuevo, pero era imposible, ya dije que era imposible, ya dije que era la peor farsa esperar que volvieras a ser tú cuando ya no quedaba.
Yo me senté a esperar aquellas tardes en las que estábamos solas, tiradas en tu cama, conversando de la vida, hablando incoherencias, sacándonos fotos locas, haciéndonos reír. Me da pena, me da rabia y lloro sola. Sé que no leerás esto y por eso, sólo por eso lo escribo y lo publicaré quizás algún día. Sé que no saco nada con seguir esperando que vuelva un momento roto y deteriorado por tanta rabia que sin querer solté de pura frustración.
Sé que no volverás a ser mi hermana mayor, desde ese momento en que dejé de verte como hermana mayor y empecé a enojarme tanto, lo supe. En los años que me conociste supiste ver que yo no sé hacer nada...¿no viste que no sabía lo que hacía esa vez que te dejé olvidarme? lo más seguro es que estuvieras tan cansada de mis errores que no quisiste tenderme tu mano otra vez. Y lo comprendo. De alguna forma debo reconocer que en ese momento no quería verte más, no quería saber qué era de tu vida, no quise saber cómo poco a poco desaparecías por completo.
Bueno, da lo mismo. Nunca lo sabrás. Nunca sabrás cuando te extraño a veces, cuando me dan ganas de tener 15 años otra vez y pretender ser lo que soy ahora que en ese tiempo no era y que ahora odio tanto, sentarnos en la calle, tomar once con un pan con mortadela lisa y un vaso de leche con chocolate o limón soda, cuando me enterrabas tus codos en las costillas y me hacías enojar, cuando hacíamos aquellos jingles que ahora me suenan tan horriblemente lejanos. Lo más posible es que sea porque "maduramos"...me niego a la idea. Yo quise en algún momento que aquellas tardes, aquellos días, aquellas noches no terminaran nunca y reírme siempre así. Pero ahora tengo 20 años, estoy vieja y mis días fueron llenados por otros cuerpos, pero quiero que sepas (aunque no lo sabrás) que quise eso alguna vez, que guardo aquellos recuerdos en mi cajita musical y que los saco a pasear de vez en cuando y cada vez me siento más triste o más insensible.
No vale la pena nada de esto, simplemente quise llorar un poco. No pesque usted.
Como ya te comenté, es triste esa situación del pariente-amigo tan cercano que después se aleja y sobre todo en este caso. Tú no puedes seguirla porque los rumbos que llevan son distintos y eso es bien lamentable. Está claro que nadie es Dios como para decir cuál rumbo es el correcto y cuál no, pero de todas maneras hay cosas que simplemente uno tiende a no seguir y eso hace que se separen bonitas relaciones interpersonales. De todas maneras siempre es recuperable todo el asunto. Siempre llega el momento en que la gente recapacita respecto al rumbo de su vida (algunos muy tarde). Y eso pos, mi amor. Tranquilita nomás, cosita :3
ResponderEliminarYo creo que deberías mostrárselo. No con el objetivo de recuperarla, sino solo con la intención que sepa esto, ya que supongo quee para ella debe ser importante...
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