El tiempo se aletargaba , los colores se encendian como insinuando plastico , la clasica imperfección organica era inexistente , porque cada atomo tenia una simetría de dimensiones fractales.
Cada encuentro se volvia un cuadro onirico donde lo visceral era dictatorialmente cubierto por una piel delicada y perfecta , como una realidad hábilmente transfigurada en una imagen esteriotipada. En esos momentos mi humanidad decaia y me reconstruia con sarpazos inevitablemente acogedores. Aunque exagero y hablo desde el síntoma de abstinencia , embelleciendo la mierda que defeco , puedo decir que probe un elixir que solo se da en azares casi irrepetibles.
El silencio de esa escena era siniestro.
La situación tomo riendas propias y una especie de conciencia demagoga , porque la inteligencia discursiva empezo un regimen anorexico , retumbaba y vibrava , empezaba a gritar desde su prision sensorial ; a balear desesperadamente el franco que generaban los traumas y su mierda emotiva , erigiendose el sentido de la necesidad como un golem aberrante , que pateaba sin remordimiento cualquier insipida nocion de –Aquí estoy y esto me parece ilogico.
El sentido de la delicadeza se disparaba agudamente , eso se llama trance hipnotico , embobamiento , indiscernimiento , era un karma obligatorio , un buen karma ; a costa de sobrevivir anteriormente , a costa de automutilaciones torcidas y desesperadas ; era lo que tenia que llegar para balancear el odio que me podria las tripas.
Llego triunfal la cosecha de rencor en uniforme escolar. Llego con la primavera dejando un destello de polen , dejando un sutil aura infantil , cubriendo de alguna extraña manera las llagas hemofilicas que vomitaban espanto en su apogeo anterior. Redecorando la casa , aseando los delirios y esa clase de mierdas que intentan superar ridículamente los libros de autoayuda.
Yo me sobredosificaba de endorfinas en un estadio de ansiedad , esperando esas bragas rosadas. Como un alimento narcotico me bañaba en su hedor profundamente agudo , me vestia de su pendejeria y empezaba a recitar mierdas espontaneas que dictaba una sensación letargica , como si en esos momentos el tiempo fuera insipido y carente absolutamente de valor. Porque estaba acompañado , la desesperación que provocaba el concenso de sociedades en mi cabeza se esfumaba y , teatralmente , se construia una especie de bunker hermetico , como si vagaramos en un charco de basura mamona mientras el exterior se derretia lentamente para nos.
Eso pasaba. Quizas sobrevaloro a un simple ser humano , pero es inevitable.
(nota de la dueña del blog: estos dias han sido especialmente introspectivos y solitarios en el aspecto existencial. espero reponerme y dejar de tirar tanta cosa frágil al piso, si es que logro reponerme antes de que yo también caiga o de que no quede nadie en pie que pueda levantarme).
Cada encuentro se volvia un cuadro onirico donde lo visceral era dictatorialmente cubierto por una piel delicada y perfecta , como una realidad hábilmente transfigurada en una imagen esteriotipada. En esos momentos mi humanidad decaia y me reconstruia con sarpazos inevitablemente acogedores. Aunque exagero y hablo desde el síntoma de abstinencia , embelleciendo la mierda que defeco , puedo decir que probe un elixir que solo se da en azares casi irrepetibles.
El silencio de esa escena era siniestro.
La situación tomo riendas propias y una especie de conciencia demagoga , porque la inteligencia discursiva empezo un regimen anorexico , retumbaba y vibrava , empezaba a gritar desde su prision sensorial ; a balear desesperadamente el franco que generaban los traumas y su mierda emotiva , erigiendose el sentido de la necesidad como un golem aberrante , que pateaba sin remordimiento cualquier insipida nocion de –Aquí estoy y esto me parece ilogico.
El sentido de la delicadeza se disparaba agudamente , eso se llama trance hipnotico , embobamiento , indiscernimiento , era un karma obligatorio , un buen karma ; a costa de sobrevivir anteriormente , a costa de automutilaciones torcidas y desesperadas ; era lo que tenia que llegar para balancear el odio que me podria las tripas.
Llego triunfal la cosecha de rencor en uniforme escolar. Llego con la primavera dejando un destello de polen , dejando un sutil aura infantil , cubriendo de alguna extraña manera las llagas hemofilicas que vomitaban espanto en su apogeo anterior. Redecorando la casa , aseando los delirios y esa clase de mierdas que intentan superar ridículamente los libros de autoayuda.
Yo me sobredosificaba de endorfinas en un estadio de ansiedad , esperando esas bragas rosadas. Como un alimento narcotico me bañaba en su hedor profundamente agudo , me vestia de su pendejeria y empezaba a recitar mierdas espontaneas que dictaba una sensación letargica , como si en esos momentos el tiempo fuera insipido y carente absolutamente de valor. Porque estaba acompañado , la desesperación que provocaba el concenso de sociedades en mi cabeza se esfumaba y , teatralmente , se construia una especie de bunker hermetico , como si vagaramos en un charco de basura mamona mientras el exterior se derretia lentamente para nos.
Eso pasaba. Quizas sobrevaloro a un simple ser humano , pero es inevitable.
(nota de la dueña del blog: estos dias han sido especialmente introspectivos y solitarios en el aspecto existencial. espero reponerme y dejar de tirar tanta cosa frágil al piso, si es que logro reponerme antes de que yo también caiga o de que no quede nadie en pie que pueda levantarme).